lunes, 30 de junio de 2008

De blancura y venas. Día complejo.

Llega el verano. Desde que tengo uso de razón esta es la frase que más oigo: “Qué blanquita eres”. Lo sé. No me lo digan más. Ya sé que tengo que usar crema superprotectora pantalla total, sé que no debo tomar el sol. Lo sé. No soy kamikaze ni suicida, me encantaría poder ponerme morena pero asumo mi blancura y no tomo el sol. Por favor, no hace falta que desconocidos y conocidos me griten y me avisen cuando me ven bajo el sol como si estuviese a punto de cruzar un semáforo en rojo en plena Castellana y con los ojos cerrados. NUNCA estoy más de 5 minutos al Sol sin protección, pero por favor, déjenme disfrutarlos. Y por favor, si me ven roja no es que esté quemada (bueno, a lo mejor sí estoy quemada, pero quemada de oirlo) es que me pongo roja por el calor. Y no, NO ME DUELE.
Y ya que están tan interesados en mi delicado color de piel ejerciendo de madre (cuando Madre no hay más que una y es tan blanquita como yo) por favor, tengan la consideración de no recordarme al final del verano que estoy tan blanca como al principio. Todos los Septiembres de mi vida igual, una continua comparación de antebrazos morenos con el mío blanquito o ligeramente rosado. Que sí, que subirá la autoestima del dueño del bronceado pero no hace falta que vaya acompañado de la frase “ay, pues no se nota que has estado en la playa”, “qué pasa , este año no has tenido vacaciones?” o “cuándo te las coges?”.
Ains, perdon por lo susceptible que ando hoy con mi tono de piel. Es que con estos calores y liberaciones de ropas ando sin vivir en mí. No tengo un tono de piel lechoso, tengo exactamente el mismo color de piel que el color de las ceras Plastidecor que de pequeños llamábamos “color carne” o más rosita quizá. Y entre este color de piel y mi excelente circulación se me notan muchísimo las venas, las varices, las vivices, las arañas vasculares y todo los itinerarios que utiliza la sangre de mi cuerpo para circular por mis piernas. Esto hace que me de corte llevar falda o pantalón corto. Y me los pongo, que conste, desde que ha empezado el calor ando todo el día en falda o pantalón cortito, que yo soy de las que piensan que hay que aceptarse como uno es, y no aceptar la tiranía del físico. Y sí, yo la teoría me la sé muy bien, pero ay, que mal trago paso. Lo admito, lo reconozco. Me encantaría ser más segura y aceptarlo y que me diese igual pero es lo que tiene un complejo, que sabes que es algo que sólo tiene importancia para ti y te incapacita. Y yo hago mis esfuerzos, pienso que hay cosas peores y voy en mi faldita corta y a quien no le guste que no mire.
Ayer voy al Rastro a dar una vuelta, voy con mi vestidito mini de veranito, me meto en el metro, me siento y me pongo a leer. Dos estaciones más tarde, se montan dos chicas, más o menos monas, veinteañeras tardias y se ponen agarradas a la barra muy cerquita de mí. Hablan de sus cosas, del bronceado, de la celulitis, etc, etc, etc.
Y yo sé que estas cosas me pasan por escuchar conversaciones ajenas. Al oir el tema “varices” al ser una cuestión que capta mi atención, me dediqué a escucharlas como quien no quiere la cosa. Cuchicheando entre risitas y confidencias, reproduzco la conversación:
Boba1: - Ay, pues yo lo llevo fatal, se me cargan las piernas con este calor.
Boba2: - Ay, yo también, es que es horrible, tengo los pies hinchadísimos.
Boba1- Sí pero tú no tienes ni una variz
Boba 2- Ay , cómo que no? Mira
(se empiezan a mostrar una a otra las piernas. Miro de reojo y la verdad es que no tienen casi nada. Hasta aquí bien)
Boba1: Es que es horrible, yo el año que viene me las quito con laser
Boba2: Sí, yo también. Lo llevo fatal.
Boba1: Bueno, podía ser peor , mira las piernas de esa chica.
Boba2: Uff, sí.

Esa Chica era YO.
No había otra opción. A mi alrededor solo había individuos de sexo masculino y dos mujeres con pantalón largo.
No fui capaz de decir nada. Se supone que no lo tenía que haber escuchado. Y me sentí pequeña, como si se hubieran metido conmigo en el patio del colegio por llevar gafas. Me sentí muy fea y fuera de lugar con mi vestido tan corto y me invadió la rabia y me dio rabia que me entrase rabia y que mi autoestima se desplomase por el comentario de dos desconocidas maleducadas. Que me lo tenía que haber echado a la espalda y lo único que hice fue recoger los trocitos de la autoestima del suelo.

Llegué al Rastro y me compré el vestido más corto que encontré.



PD. Y sí sé que es cubrir una frustración a través del consumo materialista y las varices siguen en el mismo lugar y la autoestima sigue oscilante pero ¿y lo monísima y contenta que estaba yo con mi vestido nuevo viendo el partido de España?

Fútbol!!!

El viernes mi intención era escribir sobre fútbol como previo al partido de ayer por la Final de la Eurocopa. Al final me lié y terminé hablando del Atleti. Me ha hecho gracia leer los comentarios. Para mí el fútbol es sinónimo de diversión, no creo que entienda jamás un Fuera de Juego y los fichajes y los colores me traen al fresco. Jamás pagaré un duro por hacerme socia ni por una entrada. Simplemente tengo asociado al fútbol y al Atleti a Lobito y a diversión, por eso me gusta.
Igual me pasa con el partido de ayer. A mí el concepto España me da bastante igual, simplemente creo que una selección de veintitantos jugadores jugó mejor que otra pero no me dice nada más. Los conceptos futboleros nacionalistas asociados ni los entiendo ni les presto atención. Eso sí, me lo pasé tan bien, sufriendo, cantando, vitoreando, gritando y bailando como la que más. Toda una descarga de adrenalina. Para mí, el fútbol es fiesta y poco más.
De todos modos llama la atención como una victoria así moviliza a un país. Aunque no hayas visto el partido, aunque no te guste el fútbol, hoy nadie habla de otra cosa. Por lo visto, 44 años de sinsanbores son muchos años. Como dijo un colega ayer, es “sentirse triunfador por un día, es como si todos fuesemos Casillas y alzásemos la copa”. Yo no lo veo para tanto, yo me quedo con levantar mi copa de ron con cocacola pero eso sí, que la fiesta no pare.
Y esta semana el Orgullo!!!!

viernes, 27 de junio de 2008

Oda al Atleti

Partamos de la base que a mí no me gusta el fútbol. Antes de conocer a Lobito, no conocía a nadie al que le interesase. Mi padre sí, del Real Madrid pero con elegancia , como él decía. Vamos, que jamás le he visto ponerse una bufanda o gritar "Oe, oe, oooooeeeee!!!" . Lo poco que sé de fútbol es por él, clichés del tipo: “los italianos son muy sucios jugando”, “Guti es un chico de barrio pero todo un señor en el campo”, “ El Real Madrid es un equipo con clase”, “El Atletico de Madrid es un equipo que pierde en una liguilla de barrio de solteros contra casados y gana al campeón de Europa”, “El Fuera de Juego es la clave del fútbol” . Todo un teórico mi padre.
Repasando mi historial sentimental compruebo que mis anteriores parejas pasaban bastante en lo que a fútbol se refiere. Bueno, en lo demás también. A lo mejor veían algún partido importante y si les preguntabas de qué equipo eran , siempre respondían “del Real Madrid” pero con escasa convicción. Decían ese como lo podía decir yo, porque he nacido en Madrid y el Atlético de Madrid siempre me había parecido sufridor y horterilla (influencia paterna) y ni siquiera sabía que existiese el Rayo Vallecano o el Getafe. Siendo adolescente, la explicación de un Fuera de Juego era casi una estrategia para ligar, tanto por ellos como un medio de acercarse y dárselos de entendidos delante de la fémina (error, error) o por mí, si veía que el atractivo varón en cuestión tenía perfil futbolero (error, error, también. Mala estrategia. Ni un triste rollito de una noche salió de ese súbito interés mío futbolero). Me lo han explicado con botellines y chapas, con servilletas de bar , por activa y por pasiva, y JAMÁS, JAMÁS lo he entendido. Me parece una norma tan absurda como decir “dentro del área hay que tirar siempre con una mano tocándose una oreja”. Soy capaz de entender
La falsa sutileza de las cuatro figuras del silogismo de Kant pero soy totalmente nula para asimilar el concepto “Fuera de juego”. He oído Teorías de que se trata de un gen del que carece la población femenina, pero mi formación feminista y mis creencias del mundo en general me impide asimilarlo a mi ideario.
Conocí a Lobito y me enamoré irremediablemente de él. Vamos, que desde el primer beso, me subí a una nube de la que no he bajado. Si alguien me hubiese preguntado como sería el hombre de mi vida, jamás hubiera pensado que iba a tratarse de alguien que le gustase el fútbol y menos del Atleti, (disgustos, los justitos a mi padre) pero ahí estoy con un Lobito rojiblanco. La segunda vez que quedamos me avisó que venía de un derbi. Yo no tenía ni idea de lo que era eso pero claro, estaba en esa fase en la que vas de guay y eres una entendida del fútbol, de coches , y de lo que haga falta (menos mal que es una fase que dura poco). Cuando yo oí eso del Derbi, me sonó a Tenis, a Hípica y me pregunté “ pero , a este chico lo que le molaba no era el fútbol? ¿qué hace un sábado en el tenis?”. Mi amiga Zin me explicó que era cuando dos equipos rivales se enfrentan, por ejemplo el Betis y Sevilla. Y yo lo seguía sin entender: pero acaso no todos son rivales?. Pues no, resulta que hay clases. Si hay algún futbolero leyendo esto se habrá llevado las manos a la cabeza.
Pasó la etapa en que yo quería impresionar a Lobito y me tragaba los deportes en los informativos para saber algo de fútbol. Me parecía tan absurdo y tan bobo lo que sueltan los futbolistas delante de un micro que lo dejé rápido. “Que me acepte como soy, ignorante y cortita para esto”. Es que no dicen nada, nada de nada “El fútbol es así”, “Hemos jugado bien pero ellos eran superiores”. Esa transcendencia metafísica para algo tan sencillo como dar patadas a un balón es algo que se me escapa.
Llevo ya casi tres años con mi colchonero. Me ha llevado a 4 partidos de fútbol al campo y sigue sin gustarme el fútbol pero algo en mí ha cambiado. Me lo he pasado tan bien en los previos, he disfrutado tanto en las jugadas emocionantes, en los “Huuuuuuuuuuuuuyyyyyy, casi gol”, he vivido las injusticias arbitrales como si me las hicieran a mí y he coreado aquellos himnos que he logrado aprender. Me he cabreado en los derbis (que ya sé que no es tenis ni hípica) y he llamado más de una vez “hijo de puta” a algún Raul o Guti chulito . He visto en el descanso de un derbi a un niño llorando porque el atleti iba perdiendo. Me sigue llamando la atención la devoción de la afición atlética, cómo viven los colores y esa resignación con la que viven las “cositas” de su equipo. Sí, entiendo cuando dicen que la afición atlética es de las más fieles del mundo y sí, están hechos de otra pasta, muy sufridores pero fieles. Y a mí sigue sin gustarme el fútbol, me da bastante igual el haber ganado o perdido a la media hora de haber acabado el partido, pero me ha dado tan buenos momentos al lado de mi Lobito, que ahora miro a los Atléticos con otros ojos. Asocio al Atleti a Lobito, que es lo que más quiero en el mundo. Y no llevaré nunca una bufanda o una camiseta, que yo lo sigo con elegancia como diría mi progenitor pero los colchoneros ya no son para mí, los barriobajeros que decía el vikingo de mi padre. Yo no sé si será esto sentir los colores, pero yo al Atleti le llevo en el corazón.



jueves, 26 de junio de 2008

Chiste


Lo pongo porque me ha hecho mucha gracia ... yo a veces soy así de simple.

Reflexiones varias y poco profundas.


- El sábado pasado celebré mi cumpleaños en casita. Nos pasamos la tarde Lobito, la Acandemor y yo preparando una cenita. Sobró mucha comida, tengo pasta con setas, canapés y tabuleh para llevar en Tuppers hasta el día del Juicio Final y ofrecerle un poco a San Pedro…(Por cierto, Si alguien quiere llevarse un poco que no dude en enviar un mail a la dirección pasta_con_setas_sin_fronteras@gmail.com.) ¿Por qué ese afán de alimentar y cebar a mis amigos? hace 3 años me limité a invitar a copas. ¿Será esto el principio del declive? ¿Serán los 29?

- Hoy estoy muerta. Ayer curré doce horas, pero doce horas de las de verdad, intensas aunque eso sí, sentada en un despacho. Por la noche me fui de cañas con Lobito “para despejarme”, eso sí, sentada en una terraza. A medianoche nos fuimos a cenar cerdo agridulce a un chino. Una cena digestiva que me ha acompañado toda la noche y parte del día de hoy. Tengo manchas amarillas en las manos de la salsa agridulce que no salen con el jabón de manos normal. Hoy no puedo con mi alma. Hace tres años hubiera trabajado como camarera las mismas horas y por la noche me habría ido a bailar. Seguramente hubiese pillado comida en algún puesto chino callejero. Seguro que hoy estaría como una rosa. ¿Es esto el principio del declive? ¿Serán los 29?

- Vivo al lado de una calle muy céntrica de Madrid. Desde que ha empezado el calor, cada noche se plantean dos opciones:

Ø Cerrar la ventana para no oir el estruendo de los coches y asfixiarme de calor.
Ø Abrir la ventana para que corra el aire y estar al tanto de cada moto, camión de la basura, coche, grupo de adolescentes y cualquier otro elemento ruidoso que pase por la calle.

Con cualquiera de las dos opciones hubiera dormido a pierna suelta hace tres años. Actualmente no puedo dormir con ninguna.¿Será el principio del declive? ¿serán los 29?
- No hay película, capítulo de serie, programa de televisión que termine de ver. Siempre me quedo frita. Hace tres años, podía llegar de marcha a las 4 de la mañana, ponerme una peli indepndiente, densita y subtitulada y me quedaba hasta los créditos sin pestañear. ¿es esto el principio del fin? Son los 29?

- Me gusta levantarme pronto los sábados y los domingos para “aprovechar el día”. Esto está claro. Esto sí que son los 29 años.
(perdonad la calidad literaria y la poca profundidad de hoy. Como se puede leer en el punto número 2: HOY ESTOY MUERTA)





Capturando el viento

miércoles, 18 de junio de 2008

29

29 castañas, tacos, primaveras, añazos. Eso es lo que me cae hoy.

Pues eso, que hace 29 años aparecí a las 8.00 de la mañana en el mundo, un mes y un poco antes de lo previsto. La primera y última vez en mi vida que he sido puntual.
Nací tan mona, redondita y despierta que me nombraron Miss Baby del mes de Junio de la planta del Hospital (también mi primer y último premio de belleza) y me plantaron en mi excelente melena de 4 pelos una horquillita con una flor. Pese a varias discusiones con su suegra, mi madre no consintió que me pusieran pendientes en las orejas. Mi abuela paterna pese al disgusto de los pendientes estaba orgullosísima de su primera nieta porque era clavada a su padre. Me faltaba el bigote para ser una copia en miniatura de mi progenitor. Menos mal que la cosa cambió con el tiempo (no es que me saliera bigote, sino que dejé de parecerme a mi padre).
Nací morena y luego me quedé calva, después anduve con el pelo rojo y cambió a los dos meses a rubio, el color con el que me he quedado. Bueno yo me llamo rubia, pero en realidad, verdad de la buena, soy castaña clara. Pero esto es un secreto.
Fui una niña muy muy muy buena, muy tímida y muy despierta y activa, me pasaba el día riendo y haciendo cosas. De tan buena, tonta. Me plantaron gafas a los 5 años y de mayor quería ser pintora. Sigo más o menos igual.
Fui una adolescente muy estudiosa, muy pasional, muy inquieta, muy locuela pero también muy reflexiva, convencida de que el mundo se puede cambiar y enamorada de Los Planetas. Seguía siendo tímida y la cercanía del chico que me gustaba en un radio de 10 metros me ponía roja como un tomate. Llevaba aparato y gracias a dios me puse lentillas. Vestía grunge con ropa de mi padre y tan feliz, oye. Lo de la rojez facial yo creo que ha acentuado.
Los años de los 20 a los 25 fueron complicados, bastante oscuros pero poco a poco se fueron cerrando los desastres que inicié. No me sale ni un chiste de esta etapa. De esta época he aprendido muchísimo, sobre todo a valorar las cosas buenas. Jamás he vuelto a salir tanto como en esa época.
A partir de los 25 fue todo en ascenso y los 28 han sido sin duda uno de los mejores años de mi vida
Y ya, no os voy a contar todo lo sucedido en estos últimos 29 años. Haciendo recuento, echando la vista atrás, creo que he sido muy feliz y que he tenido mucha suerte. He trabajado duro pero he tenido la suerte de conseguir frutos de ese esfuerzo. He pasado malas épocas, he andado muy muy perdida por temporadas pero siempre he terminado encontrando una salida. A veces pienso que me gustaría enseñarle a la Pequeña Desorden cuando tenía 20 años la Pequeña Desorden que soy ahora diez años más tarde. Sé que me hubiera aliviado un montón y hubiera estado más tranquila y orgullosa de mí misma sabiendo que realmente iba a conseguir una vida semejante a la que deseaba. Pero la verdad es que también creo que sin esa angustia y desazón no habría luchado tercamente como lo hice. Creo que la Pequeña Desorden adolescente estaría orgullosa de la Pequeña Desorden adulta y eso es un gran premio, una enorme satisfación.

Gracias a todos por ayudarme a construir todo esto y por estar aquí.,
A mi Lobito, a mi Acandemor, a mi AlmadeCantaro, a mi Zin, y a tod@s a los que no he inventado un nombre secreto para este blog pero ellos saben quien son.
A mis padres y hermano.

viernes, 13 de junio de 2008

Pequeña Desorden en Futurama



Hoy he tenido que ir a una reunión con una empresa con la que mi asociación colabora. Disfraz: traje de chaqueta, la carpeta de los grandes eventos con nada (importante) dentro, maquilladita, peinadita, las gafas de intelectual, zapato de tacón y diez años más encima.
Me recibe el Director del Subárea de Gestión de la Organización de la Subdivisión de la Delegación Secundaria del Acandemor y su Puta Madre. Un puesto tan pomposo como inservible. Por supuesto sus apellidos también eran compuestos: Pepito de los Palotes-Santos del Bosque y Mindundín de Todos los Santos. Más que una tarjeta de visita este hombre necesita una pancarta. De atrezzo le acompaña su becario canijo, repeinado y miope, con acné adolescente pese a sus treinta primaveras y una nuez bailoteante en el cuello de la camisa. Iba además cargadísimo el pobre con miles de carpetas (inútiles, como luego se comprobó)) en los brazos.
Yo soy una humilde Psicóloga ajena al mundo de las Empresas, vivo en un mundo de Piruleta con restos de hippismo adolescente. No me van las Organizaciones, las jerarquias, toda esa burocracia y esos cargos me recuerdan a los títulos nobiliarios de la época franquista. Además ese tipo de hombre patético que va de macho seductor me da bastante grima. Me recuerdan tanto tantísimo a Zapp Branigan, el Capitán de la Serie Futurama y su becario al extraterrestre Kiff. Se acerca el Zapp Branigan español y lo primero que me da (aparte de repelús) es su tarjeta, esto es: cuando yo extiendo mi mano para estrecharla con la suya, este acto cordial no se produce sino que me encuentro con su tarjeta en la mano y una sonrisa “seductora” en su rostro . En un primer momento pienso que me he equivocado y es que me he encontrado con el RRPP de una discoteca que me da un flyer para que me pase después a tomar un chupito. No. Error.
Tras las presentaciones, inmediatamente me tutea y me dice haciendo ojitos: “ Pequeña, pasemos a mi despacho”. Le falta chasquear la lengua y pegarme un azotito en el culo. La escena sería perfecta si yo lo acompañase con una risa coquetuela y femenina y me llamase Peggy Sue. Pero no es así. Me pregunto si llevo algún mechero para quemar un sujetador a la salida como las feministas de los 70.
Somos tres en el despacho pero el becario es como un servil esclavo. Le falta descalzarnos y lavarnos los pies. Zapp Branigan de Todos los Santos sigue con su difuso juego de seducción. Me siento como si estuviese delante de un pavo real en época de celo, el varonil Zapp está convencido de que en breve caeré sucumbida y aturdida ante su irrestible encanto masculino. “No puedo resistirlo más, voy a cometer una locura, hazme tuya, hazme sentir mujer” y Macho Alfa dirá “Sí, nena”. Y mientras él sigue hablándome de fusiones, de actividades empresariales, de su increíble carrera profesional y de algo así como “"Estoy a punto de probar una nueva loción de afeitado, si pongo accidentalmente demasiado en mis manos, quizás podría frotarlo sobre ti" o eso es lo que dice su cara. La mía es igualita a la de una acelga asexuada . Me encantaría que se me escapase un bostezo porque me pica enormemente encontrarme con un ser tan bobo y prepotente pero no, la verdad es que este hombre distrae que es un gusto, es imposible tomarle en serio. Estoy segura de que sus compañeros se ríen de él. Se habrá llevado más de un corte por parte de sus compañeras. La lista de plantones con ligues tiene que ser infinita. Me le imagino bebiendo solo en la barra de un bar contándole aventuritas a su servil becario. Y me entra pena. Una pena que dura un segundo.
Y me voy a ahorrar los detalles de la reunión. Cuando me despedí y rehusé tomar un café con él, puso cara de “Nena, nena, piénsalo bien bien , pequeña , que estás perdiendo la oportunidad de tu vida” pero ahí quedó todo. Me volvió a dar otra tarjeta. El becario treintañero y canijo me acompañó a la puerta (a un metro escaso de la silla donde estaba sentada).
Y allí se quedó solo, seguramente pensando “ Nena, nena, nena, soy demasiado para ti”

lunes, 9 de junio de 2008

De trabajos y vocaciones

Hoy uno de esos días en que todo fluye despacio, tan despacio, tan despacio como mi ritmo de trabajo. No he hecho nada de provecho en mi curro: he visto a Amy Winehouse en el Rock en Río de Lisboa, he charlado con mis compañeras, he visto blogs, he escrito en algunos y poco más, he llegado cansada y sigo cansada. Hoy he venido porque había que venir pero vamos hubiera hecho lo mismo para mi trabajo en casa. Hoy mi nivel de rentabilidad para mis jefes es de -5, exactamente el mismo número de grados en el que se encuentran mis pies desde que he pisado un charco esta mañana.
Y sin embargo, quería escribir sobre trabajos.
El viernes pasado fui al Oftalmólogo. Nada, una tontería. Primero me vio el Óptico quien me informó que no es que vea mal por mi ojo sino porque tengo 1 dioptría y media más desde la última vez que me gradué y claro, las gafas y las lentillas que uso están casi de adorno. De aquí a llevar las gafas del Sr. Barragán o de Bartolo, un paso. Me viene fatal quedarme ciega para mi trabajo, la verdad. A ver como entiendo yo ahora la Lengua de Signos…
Yo quería escribir precisamente sobre el Óptico que me atendió. Era un hombre de mediana edad, no especialmente guapo, no especialmente llamativo, sin embargo había algo en él totalmente espectacular, algo que embelesa a cualquiera que le mire, ya sea hombre, mujer o niño y eran sus ojos: los ojos más bonitos que he visto jamás, de un color azul imposible, una expresión abrumadora... Era tanta la belleza de esos ojos… una mirada perfecta, anatómica y estéticamente.
No me parece casualidad que ese hombre sea Óptico. Estoy segura que fue tener esos ojos los que le hicieron inclinarse a estudiar Óptica y no Fisioterapia. Desde pequeño tuvo que escuchar esos comentarios acerca de sus ojos, tantas niñas suspirarían por una mirada suya, en el pueblo sería Paco “el Ojazos”, y su novia todas las mañanas le diría “Ojito de mi vida”… No sé, no me parece casualidad, tanta insistencia sobre tus ojos a lo largo de tu vida tiene que llevarte a querer estudiar más sobre pupilas y retinas o a comprobar diariamente que nadie, nadie, absolutamente nadie tiene un ojo tan perfecto como el tuyo. Espejito, espejito, tiene alguien los ojos más perfectos, azules y bonitos que yo? efectivamente ninguno de mis 25 pacientes de hoy.
(Todas estas reflexiones mientras me dilataba la retina, mientras clavaba su pupila azul en mi pupila no tan azul, que diría Becquer.)
Como tampoco me parece casualidad que la mujer más bella que conozco haya terminado trabajando de guía intérprete de personas sordociegas. Modelo de profesión, protagonista de campañas publicitarias de ropa MUY conocida y anuncios de televisión, mujer bellísima, atractiva y ultrafemenina, fue mi compañera de clase. Era excepcionalmente buena y con una gran vocación por ayudar a los colectivos en riesgo de exclusión social, sobre todo discapacitados. Mientras terminaba los estudios vivía gracias a sus trabajos de modelo. Un “dinero fácil”, efectivamente, sólo tenía que sonreir ante una cámara, bien pagados, no era como estar en la caja de un Mc Donalds, y sin embargo, los odiaba. Le parecían frívolos, absurdos. Ella prefería dedicarse a un campo donde se le valorase por dentro, no rodeada de gente que le alabase todo el tiempo por algo que ella había conseguido sin esfuerzo. Sin embargo, en los trabajos “no frívolos” todo el mundo se detenía en su apabullante exterior y le cerraban puertas. Era demasiado guapa. Si conseguía un logro profesional, siempre lo atribuían a su cara bonita. Lo pasó mal.
Ahora es feliz. Ha encontrado un trabajo que la llena. Está realmente solicitada. Vive de eso y ha abandonado el modelaje con toda la alegría del mundo. No sé. No me parece casualidad que el colectivo con el que trabaja sea de personas sordociegas. Ahora siente que demuestra lo bella que también es por dentro.

Y yo, después de leer todas estas películas que me monto, no me parece tampoco casualidad que sea psicóloga

Carta de Presentación


Señores meteorólogos,

Mi nombre es Pequeña Desorden. Habiendo tenido noticias del sector al que se dedican, adjunto les remito mi CurrículumVitae y el de mi lavadora Whirlpool, con el fin de entrar a formar parte de su entidad.
Como podrán comprobar en el mismo no tenemos ningún tipo de experiencia ni de estudios relacionados con el mundo del clima y la meteorología, pero dado el carácter excepcional de una de nuestras habilidades nos ponemos en contacto con Uds, sabiendo que la carencia de estudios o experiencia no será motivo para rechazar nuestra candidatura.
Muchos podrían considerarlo una maldición, pero dado nuestro talante optimista, nosotras lo consideramos un don en el pleno sentido de la palabra. Señores metereólogos, mi Whirlpool y yo somos capaces de convocar la lluvia. Olvídense de satélites y mapas climáticos, olvídense de sacar la Virgen o de bailar danzas. Simplemente déjenme poner una lavadora que inmediatamente conseguirán el junio más lluvioso de los últimos años. Mi lavadora y yo formamos tal equipo que tender una colada recién sacada de las entrañas de mi Whirlpool atrae la lluvia cual imán, independientemente de lo soleado que se prometa el día. Tenemos tal don que desde que comenzó la primavera no ha habido colada tendida que no se me haya empapado. Roza casi la magia cómo el día más soleado que pueda imaginar, tras tender la colada, se empieza a poner gris y feo y descarga toda esa lluvia que dicen que no cae. En el apartado de “Datos de Interés” de mi C.V, añadiría mi llamativa habilidad para secar calcetines y ropa interior con el secador de pelo en tiempo record. De Whirlpool, resaltaría su increíble capacidad para producir ruido cuando centrifuga, llegando a no saber si se trata de una lavadora o un BOEING 767. Sin embargo, les hago saber que el efecto de tal acción es prácticamente nulo: sacas la ropa tan empapada como si la sacases de un cubo de agua. En plata: que a Whirlpool se le va un poco la fuerza por la boca, para que me entiendan.
Ambas contamos con disponibilidad para viajar, así que podrían contar con nosotras para temas políticos- sociales tales como trasvases, sequías levantinas, etc.
Estaríamos encantadas de conocerles personalmente para ampliar cualquier tipo de información referente a nuestra trayectoria profesional o nuestras expectativas laborales. No les remitimos fotografías dado que tener un don de estas características conlleva cierta responsabilidades como el no tener ropa limpia con la que aparecer en la foto.

En espera de sus noticias, reciban un saludo

Whirlpool Pequeña Desorden


P.D. Sepan que quizás les pueda interesar un tercer miembro de este equipo: Lobito, un trabajador incansable increiblemente capacitado para destender todo lo tendido bajo la lluvia a toda velocidad. Da igual que sean las 4 de la mañana, Lobito se despertará por el ruido de la lluvia y recogerá la ropa tendida en un tiempo record mientras Whirlpool y Pequeña Desorden duermen a pierna suelta. Valorable su número de tacos por prenda destendida. Adjunto les remitimos C.V sin foto.

miércoles, 4 de junio de 2008

Regalo

Ayer escribí un mail que cualquiera que lo lea, pensará que estoy hecha polvo. En absoluto, simplemente quería escribir sobre los bajones que me dan mensualmente He estado a punto de borrarlo porque no transmitía nada de lo quería contar pero después de leer el comentario tan bonito que me ha dejado The Inner Girl , pues ahí que se queda (Un beso, guapa!). Ya escribiré sobre ese tema otro día.

Sé que escribo muy poco. Tengo muy poco tiempo, la verdad y además escribir desde el ordenador del curro no me inspira en absoluto.

Dentro de muy pocos días cumpliré 29 años. Llevo casi tres años con mi pareja, un año justito en mi curro, 4 meses viviendo en mi actual casita, hace 5 años y pico que acabé la carrera, casi 4 años desde que volví de Londres. Hay pocas cosas nuevas en mi vida cotidiana y sin embargo me siento como si me diesen un regalo nuevo cada día.
El lunes por la tarde, estuve de cañas con mi pareja, con Lobito. Casi toda nuestra conversación se centró en el futuro que queremos juntos, diseñando una vida, haciendo planes y proyectos, comprobando que coincidimos y que en los planes de uno siempre aparece el otro.

(Quiero pintar mi vida de los colores más brillantes que existan.)
Es curioso como se dan pasos, lo que significa avanzar en pareja y como es todo un proceso por el que se avanza despacio... Puede que muchos de las cosas que planeamos no se cumplan porque la vida nunca se sabe por donde va a tirar, es impredecible, pero lo importante para mí, es que Lobito, pase lo que pase, va a estar ahí y yo con él. Eso es lo que sus ojos me cuentan y como ya dije una vez, hay certezas que no se pueden obviar.

martes, 3 de junio de 2008

Regla

Y si de pronto, sin contar con nada, empiezas a llorar sin motivo, a lo rebelde (sin causa). Sin saber. Y lloras, lloras sin saber por qué, sin ganas, sin motivo, sin fuerzas, sin angustia, lloras porque te salen las lágrimas solas. Delante del espejo, recién duchada, una tristeza tan grande que dura un nanosegundo.

Una tristeza boba e infinita.

Y rapidamente, piensas : “Es la regla. El (Pequeño) desorden hormonal de todos los meses”

Esas lágrimas parece que cuentan menos.

Pero son de los mismos ojos.