viernes, 24 de octubre de 2008

Sergio Peña

Ya era hora. YA ERA HORA. Cansada estaba ya de tantos halagos y cosas bonitas. Ya cuento con mi primer crítico oficial: Sergio Peña.

(estimado Sr. Peña: me permito usar su nombre, perdone el atrevimiento, ya que Ud. no duda en firmar con su nombre en lugar de refugiarse en un impersonal anónimo. Es más, me tomaré incluso la libertad de tutearle ya que Ud. ha decidido hacer lo mismo. Disculpa la audacia, corazón)

Hoy abro mi correo y encuentro el comentario de un “Anónimo” en mi entrada “Dudas”. Aún a riesgo de encontrarme una oreja cercenada (es lo que suelen enviar los artistas) decido abrirlo con la misma ilusión con que se abren los regalos o las piernas de una amante y me encuentro con este comentario:

Si, tómate tu tiempo para escribir porque no había leído un blog tan
aburrido y con temas tan simples que no hay ni que opinar...

Sergio Peña

Y Sergio, querido Sergio, gracias por darme temas y darme tiempo, porque hoy mi tiempo y mi tema eres tú. Hoy mi tema es Sergio Peña, ser (gio) humano que no conozco pero al que hoy dedico todos mis esfuerzos. Sé que darán para poco porque si en un año de blog no hemos parido aún nada interesante, hoy menos que nunca saldrá algo (es que yo bajo presión doy poco de sí, ya sabéis)
Lo único que te pido es que, aunque te aburras sobremanera, aunque temas por tu mandíbula descoyuntada por los bostezos, aunque te des golpecitos en tu delicada cabecita para encontrar algo en lo que opinar, lee hasta el final, mi vida, que hay sorpresa para ti. No te salgas antes del fin de la película, que ya sabes que las salas de cine están oscuras y te puedes tropezar al salir.

Sergio, antes de nada, agradecerte que no caes en el insulto fácil, es decir, que no eres un troll de esos que llaman gorda, nombran a la madre de una o mencionan el hecho de que cobre 50 euros después de un completo o 20 euros por un francés. Tu crítica es fina, concisa y se refiere a mi “obra” no a mi persona. Y te lo agradezco porque una cosa es, después de leer tu comentario, que yo dinamite mi blog y otra cosa bien distinta es que dinamite la mano y cabeza que lo escribe (aunque mi cabeza, tan simple ella como mi bitácora, sería como explotar un globo de helio de color rosa).


Se ve que eres una persona sensible, preocupada y desvelada por la buena calidad de los blogs. Me concedes la oportunidad de tomarme mi tiempo y recapitular. Eres consciente del gran daño que puede hacer un blog mal escrito o aburrido, y me adviertes de ello, como buen compañero del mundo blogger (ah, no, perdona, que tú no tienes blog). Me conoces bien, sabes que necesito mi tiempo para hacer las cosas bien. Yo calculo que si llevo ya un año en esto, para marzo del 2010 habré conseguido una entrada buena y para diciembre del 2043 seré ya una excelente persona en todo lo demás. Sé que confías en la mejora continua del ser humano.

Y fijate, como sé poco de ti he decidido indagar y el primer dato con el que cuento me viene de perlas con lo anterior. Sergio es un nombre de origen etrusco que significa “ Guardián” y vistos tus desvelos entre el centeno del mundo blogger, no hay nombre que me parezca más adecuado. Pero ya el colmo ha sido cuando introduzco tu nombre en Google y me encuentro con Sergio Peña y Lillo, psiquiatra chileno que ha escrito sobre Psiquiatría y Catolicismo , así como sobre la Felicidad.
Estoy desconcertada. No sé si serás el mismo. Ambos compartirías el afán por lograr la felicidad pero no me imagino al Sr. Sergio Peña y Lillo, Psiquiatra de profesión, leyendo y escribiendo en mi blog con lo mal que está el mundo, lo banal que yo escribo y con lo ocupado que está con su camino espiritual hasta el corazón de Jesucristo. Yo creo que no. Tú debes ser otro Sergio Peña, más nihilista y transcendente, la psiquiatría chilena no es para ti.Es mejor meter caña a las bloggeras indefensas que no les acompaña el sereno a casa.


Y es que Sergio Peña, aunque tú seas tan especial y diferente, tal y como te dijo tu mamá, tu nombre no lo es. Vamos, que es como llamarse Paco Pérez o Manolo Sánchez (un saludo a todos los Pacos y Manolos de este país): aunque firmes con Sergio Peña y no de forma anónima, siento comunicarte que no te conozco y seguramente le pasará a todo el que te lea. Agradezco tu esfuerzo por dar la cara pero si no me mandas una foto con la idem y una lista de bares o lugares por donde pueda encontrarte, no voy a poder decirte esto en persona y tendré que utilizar otra vez esta aburrido blog como medio de comunicación. Y lo peor de todo es que sé que esta carta no la leerás porque si ya lo pasaste tan mal la primera vez, a menos de que seas masoquista, no te pasarás por aquí. Fíjate, tienes una entrada con tu nombre y la posibilidad de ser famoso y tú sin enterarte. Que cosas.

Y bueno, Schopenhauer moderno, siento aburrirte. Siento haberte hecho leer hasta aquí porque antes te mentí y te dije que había sorpresa. No sé por qué me has creído si este es un blog aburrido y simple sin nada que comentar, y sorpresas las justitas. El asesino es el mayordomo, el chico se queda con la chica y Pequeña Desorden va a seguir andando por aquí.

P.D. por cierto ¿has leído el “Arte de Injuriar” de Borges? Bueno, que tonterías pregunto, si fue Borges quien aprendió de ti cuando lo escribió…

martes, 21 de octubre de 2008

De robos literarios y felicidad

Miro a través de la ventana. Llueve. Gruesas gotas perlan el cristal. La ropa tendida. El cuerpo entero en los pies. (Sólo estamos a martes) El trabajo inabarcable. El cansancio, soportable, por hoy. Goldfrapp lánguido. “La Vida de los Otros” inconmesurable. Las vacaciones demasiado lejanas. “Un hombre en la Oscuridad” apasionante, (voy a leerte despacio, saboreándote como un caramelo). Las fotos de Grasas, excelentes, evocadoras, (sé que me lees, aunque no te manifiestes).
Lobito, Lobito, Lobito y sus ojos. “Lobito, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-bi-to: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Bi. To". Lobito, tu tortilla de patatas, delicatessen para los sentidos después de una larga jornada de trabajo. La manta roja y nuestro pequeño mundo subterráneo. Podría mirar tus ojos durante décadas y aún estaría embelesada por tus pestañas.
Fin del fin de semana más perfecto del mundo, aún lo saboreo (y sólo estamos a martes).
Mis botas altas de mis últimos diez inviernos otra vez en los pies. Mi bolso nuevo de los chinos-que-no-parece-de-los-chinos esperando a ser pintado.
Fotos nuevas en el salón de nuestro minipiso, nuestro gran hogar.



Como Flora, soy una mujer que no cree en otros mundos, que sabe que solo existe la realidad presente de la que forma parte esencial la anestesiante rutina, las breves trifulcas y las preocupaciones económicas, que intuye que a pesar de los dolores, el tedio y las decepciones, nunca estaremos más cerca del paraíso de lo que estamos en este mundo.




(Gracias P.Auster. y V.Nabokov. por vuestras citas prestadas)

viernes, 17 de octubre de 2008

Dudas

Hola. Ya estoy aquí de nuevo. He tenido dos semanas muy liadas pero hoy con todo los trabajos entregados ya puedo respirar. Esta semana he tenido jornadas de 12 horas y así ando hoy, medio alelada, dormida, agotada y con un humor rozando lo insoportable.

Quiero escribir hoy en el blog pero no tengo tema. Es como cuando te vas de vacaciones y le pides a un vecino que te riegue las plantas, que te coja el correo y que suba y baje las persianas para que parezca que hay movimiento. Pues yo igual hoy con mi blog, escribo para que no me lo chapen y porque me da penita tenerlo tan abandonado…

Sigo pensando y no sé qué escribir. Se me ocurren reflexiones sueltas que he tenido estos días, no muy coherentes, y que no sé estirar tanto como para escribir un post sobre ellos. Ejemplos:

- ¿Por qué la primera vez que lees un libro te puede parecer maravilloso y la segunda vez te parece que no es para tanto?
- ¿Por qué no me hace gracia Muchachada Nui y todo el mundo que conozco se parte de risa con ellos?
- ¿Por qué a estas alturas de la vida y de la historia y de todo censuran un cartel de cine (concretamente el del “Diario de una Ninfómana”) porque sale una chica tocándose (ohhhh, dios mío, pecado mortal) por debajo de las braguitas?
- ¿Por qué siempre que viene mi jefa a primera hora de la mañana yo llego tarde por mucho que intente no hacerlo?
- ¿Por qué tengo a veces la sensación de que vivo para trabajar y que mi vida social está en los huesos?
- ¿Cómo vestía yo el invierno pasado si ahora que he sacado la ropa de invierno me he dado cuenta de que no tengo apenas ropa?
- ¿Por qué el camarero del bar de debajo de mi casa cuando voy a comprar tabaco nunca me enciende la máquina ni a la primera, ni a la segunda , ni a la tercera? ¿Por qué no se da cuenta de que gracia la bromita tiene la justa y que cuando yo voy a comprar tabaco estoy con el mono y no estoy en absoluto para bromas?
- ¿Por qué ir al ginecólogo con casi treinta años supone escuchar la preguntita. “¿Piensas tener hijos?”, ¿ Por qué me siento que no me mira como una chica o una mujer sino como una coneja fértil procreadora?
- ¿Por qué justo cuando me marco un farol siempre tropiezo o muestro alardes de una torpeza increible?
- ¿Por qué justo el día que me pongo tacones es el día que más debo andar?
- ¿Qué gracia le ve la gente al Facebook?


Como veis, he tenido la cabeza muy liada estos días en mi curro…

miércoles, 8 de octubre de 2008

Bolssssso


Estoy hasta arriba, estoy hasta arriba!!! no tengo tiempo para leer blogs, ni para escribir en el mío, ni para comentar! hartita, más que hartita...
Que tiempos durante este verano cuando podía dedicarme a mis cositas...
Vease el bolso de la foto que le regalamos mis amigas y yo a Zin. Lo pinté yo con estas manitas. No era para nada la idea original que tenía pero al final me salió esto... no 100% satisfactorio pero quedó mono. Como dije cuando lo acabé: "Para ser el primero no está mal..."
Ay, como me gustaría tener tiempo para hacer más y más cositas...

viernes, 3 de octubre de 2008

Ay, Paul


Siento haber tenido esto tan abandonadito. He andado muy liada. Tal y como se puede leer en el post anterior llevo de Lunes casi dos semanas. Tengo mucho trabajo y toda la energía con la que empecé tras volver de vacaciones se ha ido esfumando. Cuando mi hermano era pequeño le gustaba jugar con la consola al Street Fighter y me siento como Ryu o uno de esos cachas pegones cuando tenían la barrita de energía en rojo y un solo golpe más les dejaba KO. Pues igualita estoy yo, menos japonesa y sin pixeles pero un solo golpe más y me caigo. (observación: ¿existe la astenia otoñal?)

Durante estos días no he tenido mucho tiempo para pensar en posts. Digamos que mi “astenia otoñal” me ha bloqueado tanto a nivel profesional, social como creativo (Oh , Dios mío, ya escribo en mi blog como en mis informes!!). Sin embargo, hay un tema que sí que quería reflejar en mi blog.
(Aviso: este post es un pelín adolescente. Sea interpretado como la necesidad de la autora de evadirse de un medio que le es hostil. Soy consciente de que va a ser uno de los posts que menos comentarios susciten y que pierda un montón de lectores)

Hace unos días falleció Paul Newman. Y me da penita porque yo tenía una relación con Paul especial. Nunca, ni siquiera de quinceañera, me gustó un guaperas famoso. Nunca llevé en mi carpeta fotos de guapos oficiales. Todas mis compañeras y amigas llevaban las carpetas cargaditas de fotos recortadas de la Super Pop o la Ragazza ,( que eran las revistas de mi época juvenil, lo matizo por si hay algún menor de 20 leyendo esto y no sabe de lo que hablo). El resultado eran unos collages más o menos graciosos, pero muy uniformes, la verdad. Yo, en mi afán de notoriedad, intentaba algo más artístico y la verdad es que creo que lo único en que se diferenciaba mi carpeta de las del resto de mis contemporáneas era la ausencia absoluta de chicos. Pero ojo, simplemente era para desmarcarme, en un intento bobo adolescente de definirme como distinta, nada más.
(Ay, que bobita era yo de adolescente con todo el tema de “ser diferente” y no podía ser más tópica y típica.)
Aunque mi carpeta no lo ilustrase, siempre he sido muy susceptible a la belleza masculina, que conste. Y sí había famosillos que me gustaban, pero era curioso, me gustaban porque se parecían físicamente a chicos reales que me gustaban. O sea, yo podía llevar una foto escondida DENTRO de mi carpeta de Mark Owen o Jared Leto porque según mi imaginario adolescente eran clavados a un chico por el que suspiraba y no me hacía ni caso. Ya que no tenía una foto del que me interesaba en realidad, llevaba uno de su clon ideal. Todo muy idealizado y adolescente. Lo de los parecidos era muy relativo, lo admito. (Aún me sigue pasando con casi 30 años, Lobito según mi criterio es clavadito a un galán actual que no voy a nombrar aquí porque hay gente que lee esto que me conoce y que conoce a Lobito y no me apetece proporcionar risas gratuitas. Pero sí, yo duermo todos los días al lado de un ser clónico de un actor americano famosísimo).
El primer hombre del que me enamoré (después de mi padre, claro, que yo pasé como todas por mi Complejo de Electra) fue de Paul Newman. Recuerdo ser muy muy muy pequeña y quedarme embelesada ante la belleza de Paul en “El Golpe”. Hace unos años leí un artículo de investigación sobre la belleza en el que se llegaba a la conclusión que los rostros simétricos eran considerados los más bellos. Asimismo otra parte del artículo afirmaba que desde bebés, los seres humanos somos susceptibles a la belleza y la simetría de los rostros. Como parte del experimento, se mostraba a un grupo de bebés (tanto niños como niñas) fotos de caras, y los bebés reaccionaban de un modo u otro ante ellas. Pues bien, los datos arrojaban que LAS bebés sonreían y se mostraban encantadas ante la foto del rostro de Paul Newman. Ante otras fotos de caras más feas o de rasgos más duros se mostraban indiferentes o incluso lloraban. Cuando leí ese artículo me acordé de la mocosa que yo era cuando vi “El Golpe” y de cómo Robert Redford, pese a ser también muy guapo, había pasado totalmente inadvertido por mis ojos infantiles, así como el argumento de la película, que estoy segura que por la edad que tenía no me había enterado ni de la mitad.
Otra conclusión que se extraía del artículo es que son los rostros más simétricos y armoniosos a los que atribuimos otras características que nada tienen que ver con la belleza pero que son consideradas como positivas como la simpatía, la bondad o la generosidad. Tendemos a atribuir a las personas bellas características positivas de su personalidad. De este modo, los feos son siempre los malos de las películas y los guapos, los buenos. Recuerdo que leí hace tiempo que uno de los mayores asesinos en serie de la historia fue un americano del que no recuerdo el nombre y que mató y torturó a más de una veintena de mujeres. Pues bien, este hombre era asquerosamente guapo, con un rostro angelical y las mujeres confiaban en él precisamente por ese aspecto de benefactor incapaz de romper un plato y por esa belleza exagerada. La gente no daba crédito a que ese hombre tan guapo pudiera hacer cosas tan atroces. Vamos que en nuestro imaginario colectivo no nos cabe en la cabeza la compatibilidad entre maldad y belleza. Recuerdo que leí un libro de Oscar Wilde “De Profundis” que me entusiasmó, que trataba también sobre eso. El pobre Oscar no se podía creer que su adorado Bosie, tan guapo él, fuese uno de los mayores cabrones que nos ha dado la historia.

Y todo este rollo para venir a decir que Paul no era para mí como otros guapos de película. Otros guapos más carnales, tíos buenos en el sentido puro y duro con los que fantasear con un revolcón en un momento de delirio adolescente. Ante el rostro de Paul, yo siempre veía a un ser bueno, infinitamente bueno, como el mejor hombre que hubiese pisado la tierra, y ya de paso, bellísimo. No sé cómo era Paul en persona, quizás era un ególatra insufrible, pero en mi fantasía Paul era perfecto, no en belleza externa sino la que decían La Bella y la Bestia : “ la belleza está en el interior”. Digamos que ante los ojos de ese azul imposible sufro el Síndrome de Stendhal, y sufro vértigo , confusión y alucinaciones, me bloqueo ante esa belleza clásica y perfecta y me ruborizo y lubrico cuando miro fotos suyas. (exagero, que conste). Me alegro de no haber conocido nunca al Paul de verdad y poder pensar que existe un ser humano perfecto(ay, sí, sí, vale, dejadme en paz, es mi fantasía. Esto es como mi Scatergories: si no os gusta, me lo llevo a casa)

Leí hace unos días en un blog (que no recuerdo el nombre, lo siento) que el único sentido que tuvo para el cine pasar del blanco y negro al color fue para poder apreciar el azul de los ojos de Paul. Y es verdad.

Ay, Paul, qué feo se ha quedado esto desde que te has ido...

P.D. Hace muchos leí una anécdota sobre Paul Newman que hizo que me cautivase más aún. No lo he podido colar en ningún lado de este larguísimo y tedioso post. Así que lo planto aquí en la posdata para confirmar que Paul aparte de ser el hombre más bello sobre la faz de la tierra era también ocurrente

Paul estuvo casado con su mujer más de 50 años. No suele ser muy frecuente en las parejas de universo cinematográfico. Cuando le preguntaron por el secreto de ese amor eterno, él contestó lo siguiente: " Llevamos tanto tiempo juntos porque hemos llegado al acuerdo de que en las cosas importantes soy yo quien decido y tomo la última palabra, en lo demás es ella quien manda. Por ejemplo, cuando tenemos que decidir nuestra postura acerca la economía internacional o sobre el hambre en el mundo , soy yo quien lo decido. De lo demás, decide ella"