viernes, 13 de junio de 2008

Pequeña Desorden en Futurama



Hoy he tenido que ir a una reunión con una empresa con la que mi asociación colabora. Disfraz: traje de chaqueta, la carpeta de los grandes eventos con nada (importante) dentro, maquilladita, peinadita, las gafas de intelectual, zapato de tacón y diez años más encima.
Me recibe el Director del Subárea de Gestión de la Organización de la Subdivisión de la Delegación Secundaria del Acandemor y su Puta Madre. Un puesto tan pomposo como inservible. Por supuesto sus apellidos también eran compuestos: Pepito de los Palotes-Santos del Bosque y Mindundín de Todos los Santos. Más que una tarjeta de visita este hombre necesita una pancarta. De atrezzo le acompaña su becario canijo, repeinado y miope, con acné adolescente pese a sus treinta primaveras y una nuez bailoteante en el cuello de la camisa. Iba además cargadísimo el pobre con miles de carpetas (inútiles, como luego se comprobó)) en los brazos.
Yo soy una humilde Psicóloga ajena al mundo de las Empresas, vivo en un mundo de Piruleta con restos de hippismo adolescente. No me van las Organizaciones, las jerarquias, toda esa burocracia y esos cargos me recuerdan a los títulos nobiliarios de la época franquista. Además ese tipo de hombre patético que va de macho seductor me da bastante grima. Me recuerdan tanto tantísimo a Zapp Branigan, el Capitán de la Serie Futurama y su becario al extraterrestre Kiff. Se acerca el Zapp Branigan español y lo primero que me da (aparte de repelús) es su tarjeta, esto es: cuando yo extiendo mi mano para estrecharla con la suya, este acto cordial no se produce sino que me encuentro con su tarjeta en la mano y una sonrisa “seductora” en su rostro . En un primer momento pienso que me he equivocado y es que me he encontrado con el RRPP de una discoteca que me da un flyer para que me pase después a tomar un chupito. No. Error.
Tras las presentaciones, inmediatamente me tutea y me dice haciendo ojitos: “ Pequeña, pasemos a mi despacho”. Le falta chasquear la lengua y pegarme un azotito en el culo. La escena sería perfecta si yo lo acompañase con una risa coquetuela y femenina y me llamase Peggy Sue. Pero no es así. Me pregunto si llevo algún mechero para quemar un sujetador a la salida como las feministas de los 70.
Somos tres en el despacho pero el becario es como un servil esclavo. Le falta descalzarnos y lavarnos los pies. Zapp Branigan de Todos los Santos sigue con su difuso juego de seducción. Me siento como si estuviese delante de un pavo real en época de celo, el varonil Zapp está convencido de que en breve caeré sucumbida y aturdida ante su irrestible encanto masculino. “No puedo resistirlo más, voy a cometer una locura, hazme tuya, hazme sentir mujer” y Macho Alfa dirá “Sí, nena”. Y mientras él sigue hablándome de fusiones, de actividades empresariales, de su increíble carrera profesional y de algo así como “"Estoy a punto de probar una nueva loción de afeitado, si pongo accidentalmente demasiado en mis manos, quizás podría frotarlo sobre ti" o eso es lo que dice su cara. La mía es igualita a la de una acelga asexuada . Me encantaría que se me escapase un bostezo porque me pica enormemente encontrarme con un ser tan bobo y prepotente pero no, la verdad es que este hombre distrae que es un gusto, es imposible tomarle en serio. Estoy segura de que sus compañeros se ríen de él. Se habrá llevado más de un corte por parte de sus compañeras. La lista de plantones con ligues tiene que ser infinita. Me le imagino bebiendo solo en la barra de un bar contándole aventuritas a su servil becario. Y me entra pena. Una pena que dura un segundo.
Y me voy a ahorrar los detalles de la reunión. Cuando me despedí y rehusé tomar un café con él, puso cara de “Nena, nena, piénsalo bien bien , pequeña , que estás perdiendo la oportunidad de tu vida” pero ahí quedó todo. Me volvió a dar otra tarjeta. El becario treintañero y canijo me acompañó a la puerta (a un metro escaso de la silla donde estaba sentada).
Y allí se quedó solo, seguramente pensando “ Nena, nena, nena, soy demasiado para ti”

7 comentarios:

ynosek(+)kontarte dijo...

hay tantos... son tan insoportables, no te creas que se pavonean sólo con vosotras... a los anti-futbol, anti-gym y anti-macho-man .. también nos odian... a mi me pasó con uno del curro que cuando tuve mi primera reunión con él notaba como la tierra me iba tragando poco a poco, como él se iba haciendo cada vez más grande y más cachas y más alto y más ... estúpido. hasta qeu pensé ... niñato! se acabó! tendré tripa, no sabré colocar el bíceps en la posición beta, no tendré ni idea de lo que es un guardameta ... pero en mi trabajo soy hulk. y me lo comí con patatas ... una compañera todavía me lo recuerda... idiota. salieron escaldados él y su subscripción al marca.

potsis dijo...

Hay que fastidiarse que penita de gente. Suerte en la próxima reunión, que espero no sea con este especimen, si es que quieres tener más reuniones.

Un saludo.

Marevna Gorloska dijo...

esos tipos están en todas partes, lo mas gracioso es que cuando una se les planta enfrente con el look cotidiano, (que en mi caso coincide con el que mencionas con rastros hippies) ni se esfuerzan en querer impresionar, pero basta colocarse el disfraz del tacón y el maquillaje , por que aparecen de la nada...

Ceteris Paribus dijo...

Abundan este tipo de personas para desgracia nuestra, querida desorden. Tú lo has descrito de tal manera que me da risa, pero no por eso deja de ser neffffffasto pasar por una situación así. Al menos estos encuentros sirven para reafirmar aquello que no nos gustaría ser.

Todo a Cien dijo...

mi problema no es que me encuentre con alguno de esos de manera aislada, es que los tengo diariamente en mi trabajo. cuando me dicen que una prenda no les gusta, en concreto mi jefe, me la pongo tres días seguidos. ahora, reconozco que me ha costado mucho ganarme el respeto de estos "pijos" a base de trabajo duro. cuando voy con traje de chaqueta, ya ni me miran porque conocen de primera mano lo que hay debajo ( en mi cabeza, digo). jeje . besos a cienes y cienes

Pequeña Desorden dijo...

jajajajaj, leyendo los comentarios medoy cuenta de que me he puesto demasiado solemne. no fue tan mal trago,. Además cuando desconecté por completo y le empecé a visualizar comiendo las uvas de Nochevieja solito con la única compañia de su muñeca hinchable (con la boca con forma de O mayuscula por la sorpresa de estar con esa macho alfa) me empecé a partir de risa. Eso sí, mi cara la más profesional y seria del mundo.
Gracias a todos!

marisa dijo...

que asco de tio no??ains que se lo folle un pez..en esas situaciones me dan ganas de echar gasolina y tirar el cigarro..